domingo, 6 de junio de 2010

Me espera algo mejor…

Al fin, después de esperar un año, cuatro meses y veinticinco días comprendí. La respuesta siempre estuvo tan presente como tú, pero quizás no quería verla por lo cegada que me tenía tu tierna sonrisa y tus profundos ojos, siempre culpándome a mí misma de lo sucedido. No lograba comprender como el amor que te tenía no era lo suficientemente fuerte para que te quedaras a mi lado, -¿Qué más le puedo dar?- me preguntaba una y otra vez hasta que mi cabeza daba vueltas interminablemente en un estado de locura. Parecía que nunca era suficiente y yo te seguía ofreciendo mi vida entera para que te quedaras, sin embargo, siempre había influencia de terceros que tomabas como excusa para dejarme esperar un poco más, siempre era tan sólo un poco más. Así pasaron los meses a tu lado sin tenerte, pensando en que más pude haber hecho para que fueras feliz; nunca encontré la respuesta claro está. Después pasaron sucesos que prefiero enterrar en lo más recóndito de mi memoria, pues aún así duelen demasiado; pero a pesar de que las heridas fueron curando periódicamente y cada vez en mayor magnitud, siempre existió la duda en mí. Jamás dejé de preguntarme por qué lo nuestro no sucedió como lo tenía en mente, por qué nunca viajamos juntas a la cuidad prometida en donde las estrellas parecieran eternas, por qué nuestro amor nunca fue eterno como juramos infinidad de veces; no lo entendía.
Pero por fin, hoy en una catarsis que intento llevar acabo de dos años para acá, he visto detalles que no parecían tan obvios en esos recuerdos maravillosos, sí, probablemente sólo recordaba lo bueno de nuestra corta pero increíblemente significativa relación. Detalles que me daban señales de que algo iba mal y no precisamente por mi culpa ni la tuya; sencillamente así siempre has actuado y me temo que no cambiarás, ilusa yo pensar que por mí lo intentarías.

Hoy descubrí un mundo entero de respuestas, tan añoradas en este tiempo de incertidumbre. No te necesito, creo innecesaria la dependencia que te tenía, ¿cómo pude estar encadenada a alguien que tiene suficientes ataduras por sí misma? No hubiera podido huir contigo, pues estar atada a tu familia y tu ciudad; ni hubiese podido hacer un sinfín de cosas ilegales por tu miedo al castigo; sin hablar de las cosas inconscientes que uno hace como adolescente de las que me hubiera perdido por cuidar de ti. Siempre me he dicho ser una persona libre, pues he vivido como muchos nunca lo harán. En cambio tú que te has entregado fielmente al seguir correctamente todo lo que te ordenan, me hubieras robado involuntariamente ese aire que me lleva a querer experimentar, sin embargo ambas sabíamos que hubiera renunciado a todo eso por ti y tu rutina. Tanto tiempo pensé que eras el amor que me duraría toda la vida; pero sin ti la vida se convierte ahora en mi gran amor. Ahora entiendo por qué la eternidad no sirve para nosotras, porque el destino tiene algo mucho más grande para mí que esta ciudad y que tú.

1 comentario:

  1. mi abbey!
    volviendo a escribir comentario :p
    sabes que me alegra leer estas palabras?

    uno muchas veces se une a cosas que despues de un tiempo parecen innecesarias...

    pero... no somos las personas quienes necesitan creer en algo? tener a algo sea persona, idea, posicion, objeto, etc. al cual aferrarse para motivarse de algun modo?

    de alguna manera me gusto leer esto... pues significa que has dejado de estar aferrada a algo que se ha vuelto "inutil" aunque sea mi amiga...

    seres curiosos y tus entradas a veces me hacen disque "filosofar" :p

    ResponderEliminar