domingo, 26 de septiembre de 2010

Confesiones en carretrera.

Anoche, tras un día en el campo y de regreso en carretera, nos detuvimos a hablar, tus padres se bajaron del auto y sólo nos quedamos los tres.
Tenías esa mirada, la de siempre, la que extraño, brillante, de añoranza, de posible amor. Es una lástima que no me estuveises viendo a mí. Tenías esa sonrirsa, incrustada en sus palabras, repleta de "quizás", roja de emoción.
Yo, como expectador de tu nuevo amor. Con el corazón destrozado, confundido, perplejo; lo veo a él, sabiendo que te dará lo que yo no pude, envidiandolo, careciendo de simpatía por él, a pesar de saber que puede ser el que te haga feliz.
Tanto él como yo escuchamos tu silencio. Puede que él piense que estás indecisa, que no lo aceptarás, que tienes tus dudas, que no lo quieres, pero no te conoce como yo. Yo supe que esa mirada no es de todos los días, a leguas se notaba la conmoción que te causan sus palabras, sus manos, sus caricias. Yo sé que puede que estés indecisa, pero es más por miedo que por déficit de cariño. Demasiado bueno para ser verdad. ¿Quién te garantiza que no será como todos (incluyéndome) que te hirieron con desencanto, inestabilidad y frustración? Tienes miedo de caer de nuevo en el encanto del que estás apenas saliendo.
No lo sé, pero ayer bajo la lluvia, fue muy convincente. Creo que su tartamudeo, su delicadeza y sus antenciones contigo fueron suficientemente sinceras y a pesar de que me torture el hecho de no saberte mía, creo que eso es lo que buscas. Tu felicidad se puede ver reflejada en él, calla esos instintos que te dicen que te detengas; escucha a tu corazón latir cuando lo ves.

Seguimos el trayecto sin decir una palabra los tres. Tu madre repetía persistentemente palabras que me dolerían demasiado, él intentaba llamar tu atención, por mi cabeza cruzaban infinidad de episodios, ¿y tú? No lo sé, no podía verte a los ojos. Probablemente te preguntabas qué tanto me decía tu mamá, quizás pensabas en él y en su futuro, quizás pensabas en mí y en nuestro pasado.

Lluvia incesable golpeando los vidrios del auto, luces de una ciudad ajena, canción llena de memorias en la radio: Confesiones en carretrera.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Amor lejano

Quizás esto de la ambiguedad entre nosotros me tenga un poco ansiosa. Extraño aquellos casuales encuentros furtivos en tu casa. De los que nadie se enteraba, sólo tú, yo y tus muebles.
Quedarnos en silencio abrazados, escuchando tu respiración en mi cabello y las ansias de tu boca por encontrar la mía.
No quiere decir que todo este esfuerzo por sacarte de mi vida haya sido en vano,
es simplemente la sensación de añoranza que viene en nuestro kit de naturaleza humana.
Te pienso a diario, te pienso bien y te pienso mal, te extraño y te repudio.
Me eres indiferente y me eres todo, sea lo que sea, eventualmente y sin mi consentimiento, estás presente.
Tengo de mi lado la distancia, dos cuidades que han ido enajenandose cada vez más en sí mismas, pueden ser kilómetros y horas si quiero, pueden ser tan sólo minutos si quisieras.
Si pudiera verte de nuevo, tan sólo lo haría para guardar una última imagen tuya, una poco merecedora de mí y así estar tranquila con mi abandono. Te dejo un par de años míos y fragmentos de esta perecedera memoria, para que los atesores o los envicies como quieras. Son tuyos.
En unos años, cuando tus pasos de nuevo coincidan con los míos, tú tendrás aún presente esa astilla que dejé en ti inconclusa. Sin embargo, esta piel mía, alguna vez rociada con los perfumes de tu amor, habrá disipado por nuevos aires ese aroma y de ti sólo quedara la vaga idea de lo que fuiste, lo que nunca llegaste a ser.

martes, 21 de septiembre de 2010

Abriendo el grifo del corazón

Han sido noches pesadas, ausentes. Carentes del calor de tu presencia.
En palabras se me ha ido la vida y tú no has hecho mas que ensordecer ante ellas,
me has dicho infinidad de ocasiones, sucesos nuevos de tu vida que no necesito saber.
Que no quiero.
La distancia nos ha jugado un juego de indesición, me has extrañado y te has hartado de mi en la misma semana. Yo siempre te extraño.
En miradas tímidas has hablado con palabras del pasado, he caído en tus besos en ocasiones recientes y me he dejado llevar por arrebatos de mi inverosímil locura. Y tu dejas de quererme las semanas siguientes, dejas de buscarme y abrazarme, varada en la trancisión incompelta de tu ausencia.
Me dejas sola, me compañas siempre. Me hablas de tus amores, me acaricias con el tuyo. Me quitas la respiración y me dejas esperando. Había logrado comprender el sabor de tus palabras, sin embargo estas semanas me has hecho creer que es mentira. Sin embargo, me ha sido imposible descifrar, cuándo me amas de evrdad y cuándo lo haces por inercia. Movimiento que parece antecedido por tu historial conmigo.

Torbellino de ideas que acompañadas por tu imagen preceden a la sonrisa inerperada de la noche; así mismo la lágrima que vierte sobre la luna el espejo de tu imagen. Palabras derrochantes de sentimiento que han de liberarme de la congestión que tengo de ti.

jueves, 16 de septiembre de 2010

"Míranos aquí diciendo adiós"

Hace un par de días alguien me dijo "Tú eres la única que sigue siendo amiga de sus ex novios".
Se me hace difícil aceptar ésto como una crítica negativa. Nunca he considerado necesario cortar de mi vida a nadie, siempre he pensado que me hace más daño a mí tener ese tipo de sentimientos negativos.
Tú, me has hecho cambiar de opinión. Pero no te des tanta importancia, no ha sido una sorpresa encontrarme con esa persona que me negaba a creer que eras. Todos me lo advirtieron y no escuché, fielmente esperaba que fuera una máscara, pero que conmigo eras real, sincero. Quizás tus ojos aprendieron a mentir muy bien o nunca los vi sinceros.
Yo no tengo nada contra ella, no, en realidad le deseo suerte contigo y que aprenda a conocerte y comprenderte como yo nunca lo logré; por que sólo puedes abrirte con alguien. Nunca supe a que tanto le tenías miedo, histeria y alucine.

Un hecho es, que el que no me hables, sólo demustra que lo que hiciste estuvo mal y tú lo sabes, lo sabes mejor que nadie y temes que te haga ver tu error. De mí no escucharás un reclamo, una súplica, ni un regaño; simplemente no escucharás nada. y cuando extrañes el sonido de mi voz, sólo recuerda que me dejaste ir y ten por seguro que esta vez no voy a regresar.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Hoy te extrañe más que siempre.

Hoy te extrañe más que siempre. Entre palabras con los tuyos, te toqué, te pensé, te escribí. Añoré esos días lluviosos contigo, aquellos erosionados por la distancia, el espacio.

No debería de estar escribiendo esto, no te lo mereces, yo sé que si te sigo buscando, no podremos seguir con nuestras vidas, esta nueva experiencia que es la universidad. Pero hoy te extrañé, mucho y más que siempre, te quería tener cerca, verte de frente y decirte lo que nunca me atreví. No te voy a decir que te necesito, pues me ha ido bastante bien con eso de las tres comidas al día, pero me he sentido mal, vacía, sin ti.
Te busco y no te encuentro en las páginas de mis días, en los versos de mis sueños. Te busco y no te encuentro, me siento fría. Me habías dado ese calor del que siempre carecía.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Lejos

Hoy estás presente.
No estás aqui, y aquí te encuentro.
Los silencios te mencionan
y en palabras no te siento.
Presente, hoy tú estás,
en mis lágrimas y sosiegos.
Ciega de tus ojos,
sorda de tus versos.
Te encuentro aquí
y tu te encuentras lejos.