Fue un encuentro breve, silencioso.
Se miraron a los ojos por primera vez
entre lo ajeno de la luminosidad,
las manos, entre albas, ya sabían el camino.
Era poco el tiempo, largo el descuido;
En contraria dirección, la cutánea necesidad
dirigía entre el cinto y el cuello
el recuento de los días, con frenético anhelo.
Tras silencio rencoroso, el súbito desapego
con el humor testarudo de filtrar las fibras;
entre las piernas no hubo permiso, que sin aviso
marchasen de la vereda a direcciones contrarias.
El adiós, con el viento de verdugo,
contra el afiance de la tela obstinada
fue acaeciendo del aroma impregnada
entre la noche, un recuerdo vago.
Un libro, un momento, tu voz.
No queda nada, ante la renuncia de caricias;
entre el silencio, se entiende la denuncia
del lejano eco del calor.
Ahora no se me ocurre nada interesante que comentar u_u
ResponderEliminarWhatever... te amoro!