viernes, 4 de noviembre de 2011

Fue un encuentro breve, silencioso.

Se miraron a los ojos por primera vez

entre lo ajeno de la luminosidad,

las manos, entre albas, ya sabían el camino.


Era poco el tiempo, largo el descuido;

En contraria dirección, la cutánea necesidad

dirigía entre el cinto y el cuello

el recuento de los días, con frenético anhelo.


Tras silencio rencoroso, el súbito desapego

con el humor testarudo de filtrar las fibras;

entre las piernas no hubo permiso, que sin aviso

marchasen de la vereda a direcciones contrarias.


El adiós, con el viento de verdugo,

contra el afiance de la tela obstinada

fue acaeciendo del aroma impregnada

entre la noche, un recuerdo vago.


Un libro, un momento, tu voz.

No queda nada, ante la renuncia de caricias;

entre el silencio, se entiende la denuncia

del lejano eco del calor.

1 comentario:

  1. Ahora no se me ocurre nada interesante que comentar u_u
    Whatever... te amoro!

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