Se detuvo un instante a contemplarla. Jamás había percatado su belleza tan de cerca. En ese instante comprendió, la fugacidad de sus encuentros. El desapego con ella la había llevado a no inmutarse, desde hacía ya mucho tiempo, con aquella luz.
Permanecieron quietas, la una viendo a la otra, sin pálabra alguna. Eran palabras de amor pronunciadas por aquellos que callan. Era esa descarga eléctrica entre ambas la que la hizo suspirar.
Luces que tienen sabor a octubre, las más hermosas del año. Después de contemplarla en ese instante, que pareciera eterno, concibió las luces y el movimiento de la ciudad, tenía que regresar a casa. No sin antes despedirse de su amante, la luna.
Permanecieron quietas, la una viendo a la otra, sin pálabra alguna. Eran palabras de amor pronunciadas por aquellos que callan. Era esa descarga eléctrica entre ambas la que la hizo suspirar.
:o
ResponderEliminar:o
ma amie!
:D
deja que mis caritas hablen por mi... me encanto :D